miércoles, 8 de octubre de 2008

DE LAS SOMBRAS A LA LUZ. Salmo 143

INTRODUCCIÓN

Historia de una muñeca que se derrumbó

“El sábado 6 de mayo, Claudia Rojas se pintó los labios de rojo encendido por primera vez en sus 28 años de vida. Escogió un vestido rojo, sensual pero discreto, que se ajustaba a su cuerpo de medidas perfectas. Se miró en el espejo y le gustó. Pensó que las 2 horas que llevaban arreglándola para asistir al matrimonio de unos amigos habían valido la pena. Y aunque llegó tarde, Claudia brilló como nunca en la última fiesta de su vida.


El lunes siguiente, a las 5 de la tarde, las luces que durante años se habían encendido al paso de Claudia habrían de apagarse para siempre cuando se escuchó un ruido sordo, que algunos testigos describieron como el de una bomba. Era el estruendo del cuerpo de la modelo al estrellarse contra el pavimento, después de caer del piso 18 del Dann Carlton, uno de los hoteles más elegantes de Medellín.

Siendo las 5 de la tarde, Claudia entró sin identificarse al lujoso hotel, subió corriendo, sin aliento, hasta que saltó al abismo de la ciudad y de sus entrañas, con su cédula, su chaqueta, su bolso, su sonrisa y su nube negra.

Nadie esperaba que la muerte fuera a explotar tan temprano en las manos de una de las más bellas figuras del modelaje paisa, ni que lo fuera a hacer de la manera como lo hizo. En una de las ciudades más violentas del país, la muerte de boca profunda no le llegó por la espalda, traicionera. Ni siquiera de cara, prepotente. La muerte le salió de adentro y en silencio” (Tomado de la revista cambio mujer).
¿Qué situaciones pueden llevar a una persona a quitarse la vida? Sin duda muchas, pero quizás la más relevante sea la pérdida absoluta de la esperanza, cuando se han agotado hasta el fondo las ganas de vivir. Y la verdad es que los seres humanos a veces nos hallamos expuestos a situaciones extremas, donde sentimos que no contamos con fuerzas para resistir ese temporal de experiencias adversas.

Según Medicina Legal, en 2005 se registraron 195 suicidios de jóvenes; en el primer semestre de 2006 hubo 74 casos, y en el primer trimestre de este año la cifra llegó a 371. El 43 por ciento tenía entre 15 y 17 años (Revista Cambio, abril de 2008). Esto de las crisis, lo sabemos, nos ronda muy de cerca.

A veces llueve mucho allá adentro. Las crisis nos llegan a todos de una u otra forma. A veces se anuncian, llaman a la puerta; pero otras aparecen sin anunciarse y son salvajes. Pero Dios no es indiferente a nuestras pruebas y en Su Palabra nos ha dejado un “Manual para atravesar crisis”. Hoy meditaremos en el salmo 143 e identificaremos algunas de las pautas que debemos seguir para preservar nuestra fe y aún nuestra vida cuando la nube negra se posa sobre nuestro corazón.

PROPÓSITO: “En la crisis la confianza en Dios nos lleva de la angustia a la esperanza”.

LECTURA DEL SALMO 143

Algunas expresiones del salmista nos permiten entrever que se hallaba en un estado de angustia personal, pero otras expresiones nos revelan un cambio en su estado de ánimo. ¿Cómo enfrentar la crisis? Veremos al menos 3 pautas que nos traza esta Palabra:


I. Suplicar con sinceridad
II. Recordar lo que Dios ha hecho
III. Pedir lo que agrada a Dios

I. Suplicar con sinceridad v. 1-4, 6-7

Este salmo fue escrito por el Rey David, uno de los más queridos personajes de la historia hebrea. ¿Cómo describe David que se sentía en el momento en que escribió este salmo? Angustiado, aplastado, asustado, confundido, deprimido…Como zombie, como muerto en vida.

Generalmente cuando nos sentimos abatidos nos quedamos como sin fuerzas para luchar y optamos por encerramos en nosotros mismos y como una tortuga, nos metemos en nuestra caparazón para que nadie nos moleste, ni siquiera Dios. O a veces buscamos apagar, a través de la distracción, ese fuego de adentro que arde; corremos en pos de algo que nos lleve lejos de ese horno encendido, y en esa ansiedad terminamos haciendo cosas que se oponen a la voluntad de Dios y que colocan incluso en alto riesgo nuestra vida y nuestra fe.

Las crisis demandan acción. Aquí David nos da la primera lección fundamental acerca de cómo asumir el dolor: El clamor intenso (v. 1, 6-7ª), porque aunque se encuentra con su ánimo turbio, aplastado, en la “inmunda”, sin embargo lo vemos luchando por abrazar a Dios: Oye, escucha, respóndeme… Por tu verdad, por tu justicia… Un clamor basado en el carácter de Dios.


“Extendí mis manos a ti, mi alma a ti como la tierra sedienta (v. 6)”.


Suplicar con sinceridad implica también:

• Abrir el corazón v. 3, 4 , 7b

Una de las cualidades más bellas de Dios es que no nos juzga ni condena cuando confesamos nuestra condición ante Él. Yo creo que uno no tiene porque estarle revelando a todo el mundo su calvario, pero esto cambia cuando estamos delante de Dios. Al fin y al cabo, ¿qué podemos esconder de Él?:

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.

Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda (Salmo 139: 1-4)

Entonces suplicar con sinceridad es nuestra primera pauta para enfrentar la crisis. En segundo lugar es fundamental que cuando la tragedia nos abruma podamos:

II. Recordar lo que Dios ha hecho v. 5

Los colombianos tenemos en nuestra genética una especie de “cultura del olvido”. El escritor Germán Puyana dice que: “llegamos a olvidar con increíble facilidad importantes sucesos de los cuales se afirmó en su momento, que habían dejado una huella imborrable en la vida del país”. Como decía el poeta Luis Vidales: “a los colombianos, nada nos impacta por más de 24 horas!”.

Nos olvidamos de las cosas malas, y especialmente de las cosas buenas. Claro que esto de olvidarse de lo bueno no es exclusivo de nuestra cultura, es algo que se ha extendido a la totalidad de la especie humana. Parece ser que en el Edén, en el momento de la caída, la humanidad entera perdió un gen clave de la memoria, perdió el microchip que almacenaba las buenas obras de Dios a nuestro favor.

Por eso Dios, al pueblo judío, siempre le hizo tanto énfasis en hacer memoria de las obras maravillosas que Él había hecho con ellos: La liberación de Egipto, el cruce del Mar Rojo, la travesía a lo largo del desierto… Dios había sido fiel con Israel y lo seguiría siendo siempre.

Traer a la memoria, recordar las cosas buenas que ha hecho Dios en nuestras vidas es algo que debemos hacer en medio de la crisis. Necesitamos nutrirnos de esa historia particular de la fidelidad de Dios con cada uno de nosotros. También Él nos ha sacado de la esclavitud del pecado, nos ha auxiliado cuando nuestros enemigos han acechado nuestra alma: en las pérdidas, la enfermedad, en la injusticia. Necesitamos registrar por escrito las cosas buenas que Dios ha hecho en nuestras vidas, pero ojo, no es sólo traerlas a la memoria sino también meditarlas, reflexionar en ellas, para alimentarnos de esperanza. Dios ha sido bueno y seguirá siendo bueno cada uno de nosotros.

Entonces retomemos, para superar la crisis debemos: 1) Suplicar con sinceridad y 2) Recordar lo que Dios ha hecho. Una tercera pauta que nos sugiere la Palabra es:

III. Pedir lo que agrada a Dios v. 8-11

¿Les ha tocado lidiar con niños caprichosos que hacen rabietas porque no se les da lo que quieren? Tal vez va uno en un bus, en un viaje largo (con bolsa de mareo incluida por si las moscas) y bueno, no falta el niño grosero que le da por armar la pataleta. Ayyy! Ahí sí que se empeora el ambiente.

A veces somos igualitos con Dios. Le armamos la gresca que porque no nos da exactamente lo que queremos mientras Él espera que nosotros le pidamos lo que en verdad necesitamos: Su presencia. A veces, en las crisis, clamamos como en la tragicomedia de Chespirito: “y ahora, ¿quién podrá defenderme? Y esperamos que Dios venga como una especie de Chapulín Colorado: Yooo…. “No contaban con mi astucia…” “Que no panda el cúnico…”

Pero la verdad es que Dios ve la crisis especialmente como una oportunidad para tallar la imagen de su justicia en nosotros. C.S. Lewis, el brillante teólogo cristiano decía: “El dolor es el megáfono de Dios”. Dios aprovecha nuestras crisis para amplificar el volumen de su Voz en nuestro interior pues a veces neciamente hemos cerrado nuestro oídos a esa Voz. Cuando atravieses por la crisis recuerda que Dios aún no ha terminado su obra en ti.

Las expresiones de David nos marcan de nuevo una pauta acerca de las cualidades que deben poseer nuestras peticiones a Dios en medio de la crisis.

¿Qué pedir?

• Su misericordia. v. 8 “Hazme oír por la mañana tu misericordia”. David anhela escuchar la voz de Dios en medio de la crisis, pero aclara que la espera en clave de misericordia, no en clave de juicio.

Independiente del horario que escojas, si te hallas en medio de la crisis, lo fundamental es que no vivas el día sin el impulso que da a tu corazón la Voz de Dios. David, pues, pide su misericordia, pero también pide:

• Su dirección. v. 8 “Hazme saber el camino por donde ande”. Es decir, inspírame para tomar las decisiones correctas.

A la crisis le encantan los deportes extremos. Con frecuencia nos incitan a besar el pecado, nos llevan al filo del abismo y cuando estamos ahí al borde, llenos de confusión y adrenalina, miramos hacia atrás y vemos a nuestro corazón: “hágale pues, tírese, no coma de nada. Fresco que lo usted necesita es un “bañito de placer”. Una aguita termal relajante. Un masajito de SPA que le haga olvidar todas sus penas.

“Engañoso es el corazón del hombre y perverso…” (Jer. 17:9). En medio de la crisis debemos pues pedir también la dirección de Dios, su sabiduría. Pero, ay! si en realidad pusiéramos en práctica todo lo que sabemos. Una cosa es saber, pero otra muy diferente es hacer. Por eso otra cosa que pide David es:

• Su fortaleza. V. 10 “enséñame a hacer tu voluntad”. David pide el poder, la fuerza para obedecer.

Ahora bien, ¿será que cuando estamos asediados por la crisis es fácil oír la voz de Dios, saber el camino y hacer su voluntad? Creo que no lo es. Porque en la crisis se ataca al centro de nuestra voluntad. Dios lo sabe y por eso nos enseña también a que pidamos:

• Su protección. V. 9 “líbrame de mis enemigos, oh Jehová. La verdad es que no podríamos oír, conocer y hacer la voluntad de Dios si primero no son neutralizados nuestros enemigos espirituales.

Entonces, en la crisis debemos entonces pedir lo que agrada a Dios:
Su misericordia, su dirección, su fortaleza y su protección.

Ahora bien. David ha suplicado con sinceridad, ha recordado las obras de Dios, ha pedido conforme al corazón de Dios. En consecuencia ¿Qué recibirá? Porque finalmente también esa es nuestra expectativa! Qué Dios actúe!

CONSECUENCIA: La esperanza v. 11-12

La misma que se desvaneció, como agua entre los dedos, en la vida de Claudia, la muñeca que se derrumbó.

Si hay algo en lo que Dios es experto, es en inspirar: esperanza. Por las expresiones que usa el salmista nos damos cuenta que no sólo confía en que recibirá lo que pide, sino que ya ha recibido consuelo y esperanza en medio de la crisis. La certeza de que Dios intervendrá a su favor porque conoce su causa.

Nótese bien: “El salmo empieza con dolor y termina con esperanza”.
Empieza con sabor a limón y termina con sabor a melón.

Y entre uno y otro estado, se destaca el recuerdo de las obras maravillosas que Dios ha hecho. Cuando nos concentramos en las bondades de Dios, la condición de nuestro espíritu cambia, de lo amargo a lo dulce.

APLICACIÓN

No sé cuál es la nube negra que esté rondando tu corazón: enfermedad, desengaño, desempleo, deudas, pérdidas de seres queridos u otras situaciones.

Cualquiera que sea la situación que enfrentes, Dios te recuerda hoy: “No estás sólo! No desmayes, esfuérzate!

¿Qué ajustes a tu vida devocional debes hacer? Esfuérzate, porque así como la luz del sol desplaza a las tinieblas de la noche, la luz de Dios desplazará las sombras que hoy te cubren. Te llevará “de las sombras a la luz”.

CONCLUSIÓN

Qué puedas abrir tu corazón delante de tu Creador, deleitarte en el recuerdo de su fidelidad y sentir su respaldo en medio de la prueba. Y que puedas recordar que Dios aún no ha terminado su obra en ti. Dios les bendiga!


9 comentarios:

Unknown dijo...

es sandra bedolla o es claudia por que me dejaron una tarea y dijeron que que hiciera un resumen de sobre LA MUÑECA QUE SE DERRUMBO.

Unknown dijo...

Jorge Eliécer Gaitán 8vo°

Unknown dijo...

si octavo 7 jorge elicer gaitan.

Anónimo dijo...

jorgue eliser jajaja

Anónimo dijo...

pero cuales problemas cucho marika
octavo 1 el mejor
Jorgue elieser

Unknown dijo...

Octavo 1 los mejores, quien me da el resumen de esta mierda

Unknown dijo...

Jorge eliécer octavo 1 los mejores

Unknown dijo...

Octavo 1, cuál es su apellido?

Unknown dijo...

Quien es el autor de esto