sábado, 5 de enero de 2008

DE REGRESO A CASA (Esdras 1-6)

Fecha de redacción: Septiembre 2004
INTRODUCCIÓN (marco histórico)

Tema: Renovación de la fe

Quiero empezar esta reflexión con una pregunta: ¿Ha sentido alguna vez en lo profundo de su corazón el anhelo de renovar su fe y volver a la presencia íntima de Dios, esa que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo?

El pasaje de hoy creo que es inspirador porque nos habla de algo que nos encanta: “El Retorno”, el “Regreso a casa”. Cómo nos gusta volver a casa! Después de un día de trabajo o de estudio, o cuando hemos estado lejos de casa por algún tiempo, cómo es de rico regresar.

Pero hoy vamos a hablar del regreso a otro tipo de casa. A la Casa de Dios. La reflexión de hoy parte de una historia narrada en 6 capítulos: Esdras 1 – 6 (pag. 459 R.V., A.T. Después de 2 Crónicas). Vamos a leer porciones de estos 6 capítulos que nos cuentan del RETORNO del pueblo judío hacia Jerusalén después de un tiempo de cautiverio en Babilonia.

El retorno es motivo de gozo, pero también de incertidumbre. Estos sentimientos eran los que experimentaba este pueblo judío que retornaba a Jerusalén. Hacía 50 años habían sido sacados a la fuerza de Jerusalén (su ciudad) y llevado cautivos a Babilonia cuando el rey Nabucodonosor se había apoderado violentamente de la ciudad.

Los que se salvaron de la muerte fueron llevados cautivos a Babilonia, no sin que antes Dios con el corazón en sus manos les prometiera a través del profeta Jeremías que años más tarde los traería de nuevo a Jerusalén y despertaría sobre ellos la buena Palabra.

Los cautivos se aferraron a la promesa de Dios y retornaron a Jerusalén para quedarse y reedificar sus casas, y ESPECIALMENTE EL TEMPLO. Porque la reedificación del Templo era un símbolo de la renovación de su fe, de su comunión con el Señor.

La renovación de la fe es una promesa de Dios para su pueblo. Quizás ahora te sientas cautivo de alguna circunstancia que no te deja vivir el gozo de ser hijo de Dios y es preciso que recuerdes que Él no te dejará desterrado del gozo de Su presencia sino que te hará retornar para que le adores en santidad.

Hoy examinaremos a partir del pasaje las características que tiene el proceso de RENOVACIÓN DE LA FE.

PREMISA: El mensaje de hoy se resume en tres palabras: REACCIÓN, OPOSICIÓN Y DIRECCIÓN.

Me explico: “La renovación exige REACCIÓN, conlleva OPOSICIÓN y demanda DIRECCIÓN.

Este mensaje lo he dividido en tres partes:

I. La promesa del retorno
II. Los obstáculos para la renovación
III. El cumplimiento de la promesa

I. LA PROMESA DEL RETORNO
Retornar es hacer que algo vuelva al lugar o situación anterior. Es empezar de nuevo. Para el Señor el retorno significa la renovación de nuestra fe. Y eso le encanta al Señor, tanto que la ha convertido en una PROMESA.

Cuando Dios se propone renovar nuestra fe lo hace siguiendo unos pasos:

1. Anuncio profético

Esd. 1:3 “En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra de Jehová anunciada por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro, rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito en todo su reino, este decreto:
“Así ha dicho Ciro, rey de Persia: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén que está en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea Dios con él, suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa a Jehová, Dios de Israel”.

Estos v.v. nos dejan claro que había llegado el momento que Dios había elegido para el retorno y la renovación de la fe de los judíos que estaban cautivos en Babilonia. Y el autor de este momento era Dios. Notemos la aclaración: “para que se cumpliera la palabra de Jehová anunciada por Jeremías”. Dios anuncia a su pueblo el momento para la renovación.

2. Dios hace aliados

Nos dice el texto que:

v. 1 Despertó el ESPÍRITU de Ciro, rey de Persia.
v.5 se levantaron todos aquellos a quienes Dios puso en su espíritu subir a edificar.
v. 6 Todos los que habitaban en los alrededores los ayudaron con plata y oro, bienes y toda clase de ofrendas voluntarias.

Cuando el Señor tiene el propósito de renovar nuestra fe. Él busca aliados y actúa en ellos no a cualquier nivel, lo hace de una manera profunda.

Actúo en el ESPÍRITU de Ciro, en el espíritu de su pueblo y tiene que haber actuado a un nivel profundo en estos vecinos para que se fueran desprendiendo de bienes materiales con tanta generosidad.

Cuando Dios se propone renovar nuestra fe también espera que nosotros sigamos unos pasos:

1. El Retorno:

a) ¡Manos a la obra! La renovación exige REACCIÓN!

Esd. 1: 5 “Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, los sacerdotes y levitas, todos aquellos a quienes Dios puso en su espíritu subir a edificar la casa de Jehová...”

2:1 Estos son los hijos de la provincia (judíos) que regresaron del cautiverio...

Retornaron, respondieron a la iniciativa de Dios. Ahora bien, no todos retornaron... Algunos prefirieron quedarse y seguir atendiendo sus negocios, todo aquello que habían conseguido en Babilonia. Otros si estuvieron dispuestos a empezar en Jerusalén de cero. Tuvieron que hacer renuncias.

Figúrense ustedes ¿Qué se iban a encontrar allá? La última vez que salieron de Jerusalén lo hicieron llorando.

Responder al anuncio profético de la renovación desafía nuestra fe hasta el límite. También nosotros en algunas ocasiones hemos sido arrebatados de la presencia de Dios por nuestro pecado y hemos salido muy mal heridos. Anhelamos volver pero también luchamos con la idea de qué nos hemos de encontrar.
Esto lo expresa de una manera hermosa el cantautor argentino Alejandro Lerner cuando dice:

“Volver a empezar, que aún no termina el juego,
volver a empezar, que no se apague el fuego.
Queda mucho por andar, y que mañana será
Un día nuevo, bajo el sol, volver a empezar.
...yo seguiré adelante atravesando miedos,
sabe Dios que nunca es tarde,
para volver a empezar”.
¿Eres tu de los que retorna a Jerusalén o de los que se queda “cómodo” en Babilonia?

El señor hace hoy un llamado a quienes se encuentran en cautiverio espiritual:
“Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos!
Anunciadlo con voz de alegría,
Publicadlo, llevad la noticia
Hasta lo último de la tierra!” Is. 48:20

“Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos!”. Es hora de renovación!

Estamos hablando de que cuando Dios se propone renovar nuestra fe también espera que nosotros sigamos unos pasos. En el capítulo 3 nos dice el cronista que una vez retornaron además se congregaron, edificaron el altar de Dios, adoraron y perseveraron. Entonces:

2. Congregarse: No podemos perder la bendición de venir a la iglesia. A veces las crisis nos alejan de la iglesia

3. Edificarse: La meditación de la Palabra es innegociable en todo proceso de renovación

4. Adorar integralmente: Ofrecer sacrificio de alabanza. No es sólo cantar, es obedecer, vivir el evangelio

5. Perseverar en la obra: Labrar el camino con paciencia y confianza en Dios

Cuando respondemos a la iniciativa de Dios de esta forma, él nos bendice con su unción. Recordemos que el propósito principal de Dios con este pueblo no era sólo repatriarlos, era fundamentalmente que reedificaran el templo.



II. LOS OBSTÁCULOS PARA LA RENOVACIÓN

Recordemos: La renovación exige REACCIÓN, conlleva OPOSICIÓN y demanda DIRECCIÓN

1. La mente organizativa del mal

El escritor argentino Ernesto Sábato (no creyente) decía lo siguiente: “De una cosa estoy seguro, el mal está organizado”. Reconocía así la existencia de una mente rectora de la maldad y la decadencia. Para Sábato esta personalidad organizadora del mal no tiene nombre, para el cristiano tiene nombre y una personalidad definidos” (Dellutri, 2000). Y una manera clara en que este enemigo se presenta es a través de:

2. El sabotaje

En el proceso de renovación de fe se tendrán que sortear obstáculos...

Esd. 4: 1-6 “Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín oyeron que los que habían vuelto de la cautividad edificaban un templo a Jehová Dios de Israel, fueron a ver a Zorobabel y a los jefes de familia, y les dijeron:
-Edificaremos con vosotros, porque, como vosotros, buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar – hadón...
v. 3 Zorobabel, Jesúa y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron:
- No nos conviene edificar con vosotros la casa de nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová, Dios de Israel...
v. 4 Entonces la gente del país (samaritanos) intimidó al pueblo de Judá y lo atemorizó para que no siguiera edificando. Sobornaron además contra ellos a algunos consejeros para frustrar sus propósitos, durante todo el tiempo que Ciro fue rey de Persia y hasta el reinado de Darío”.

¿Por qué Dios permite esto? La renovación conlleva OPOSICIÓN pero este conflicto se resuelve en la DIRECCIÓN. Necesitamos la Resistencia para crecer. Dios usa las crisis para renovarnos.
Luego escribieron una carta venenosa al rey de Persia, que ya no era Ciro, en la cual difamaban a los judíos:

v. 13 “Sepa, pues, el rey, que si aquella ciudad es reedificada y los muros son levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será perjudicado”.

La carta es venenosa, le toca el bolsillo al rey. Es manipuladora.

v. 15 Le sugieren al rey que investigue en los libros de historia donde hallará que este pueblo judío es rebelde y perjudicial a los reyes.

La respuesta del rey a esta carta venenosa fue que se paralizaran inmediatamente las obras de reconstrucción y miren la reacción de los samaritanos cuando les llegó la noticia:

v. 23 “cuando la copia de la carta del rey fue leída delante Rehum, Simsai y sus compañeros (los samaritanos), salieron apresuradamente hacia Jerusalén, donde estaban los judíos, y les hicieron cesar los trabajos utilizando la fuerza y la violencia. Así se detuvo la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, la cual quedó suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío rey de Persia”.

Ahora decíamos que Dios hace aliados para renovar nuestra fe. Pues ahora vemos que también el diablo hace aliados. Desde el principio Satanás ha sido un imitador. Es como si una gallina pretendiera ser pavo real. El pasaje nos muestra al menos cinco estrategias que usó el diablo para entorpecer la reconstrucción del Templo. OJO! Necesitamos estar alerta para saber cuál de estas puede usar contra nosotros para sabotear nuestra renovación:

1. Propuestas engañosas
2. La intimidación
3. El soborno
4. La difamación
5. La fuerza y la violencia
Vamos a mirar algunas de ellas.

1. Propuestas engañosas

Desde el momento en que los judíos empezaron a reedificar el templo hallaron oposición por parte de los vecinos (samaritanos). Primero un anzuelo sutil pero engañoso: “edificaremos con vosotros, porque también buscamos a vuestro Dios”.
Los jefes de los judíos dirían: “No tenéis nada en común con nosotros para que juntos edifiquemos” (versión de las Américas).

En el proceso de renovación de fe debemos clamar a Dios por “discernimiento”, para tomar las decisiones más acertadas y reconocer entre los “aliados de Dios” y los “aliados de Satanás”, los cuales pueden aparecer incluso en medio de la iglesia: “...como vosotros, buscamos a vuestro Dios”.

2. La Difamación

La difamación que consiste en publicar cosas contra la buena fama de una persona es uno de los instrumentos sutiles pero poderosos que utiliza Satanás para herir a la iglesia de Dios y frustrar los planes de renovación.
Quizás Satanás quiera sacar a flote tus errores del PASADO para acusarte, avergonzarte y hacerte parar la obra de renovación de tu fe.

Pero ten presente esto: “Aquel que en verdad nos importa si recuerda o no nuestros pecados ya los ha olvidado, siempre y cuando nos arrepintamos de ellos”.

“¿Qué Dios como tu, que perdona la maldad, y OLVIDA el pecado del remanente de su heredad?
SEPULTARÁ nuestras iniquidades y ECHARÁ en lo profundo del mar TODOS nuestros pecados”. Miqueas 7:18-19

La acusación y la difamación no son propias de Dios. Así que si difamas y murmuras de tu hermano haces daño a Cristo porque hieres su cuerpo. Arrepiéntete, no peques más y hazte aliado de Dios en la renovación espiritual de su iglesia!

3. La intimidación

La mente organizativa del mal tenía un propósito claro: paralizar las obras de reconstrucción del Templo y así entorpecer la renovación espiritual del pueblo de Dios.

¿Haz escuchado en tu interior esas voces de samaritanos intimidándote para que pares la obra? Tal vez:
- “Hey! Tú no eres digno de estar en la iglesia”.
- “Hmmm, es que no tienes ni un poco de vergüenza. Mejor quédate en la casa y no te congregues”. O
- “Tú no podrás reedificar, ya te has equivocado antes e inevitablemente volverás a fracasar”.

Quizás esa voz persista usando incluso la fuerza y la violencia mediante la enfermedad o la tragedia personal, para traer sobre ti desánimo y para que no sigas edificando.
La renovación demanda DIRECCIÓN de Dios: Si mantenemos nuestra confianza en Él y en su promesa, Él enmudecerá todas esas voces.

Los obstáculos que se le presentaron al pueblo judío para reedificar el templo fueron grandes. Finalmente terminaron desanimándose. Se dedicaron a hacer una vida normal y congelaron, por un tiempo, el proyecto de reedificación de la Casa de Dios. Fue necesario que Dios de nuevo reanimara al pueblo a través de los profetas Hageo y Zacarías.


III. CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA

1. La profecía

Esd.5: 1-2 “Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y Jerusalén en el nombre del Dios de Israel, quien estaba con ellos. Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios en estaba en Jerusalén...”

Habían transcurrido unos 18 años aproximadamente desde que se paralizaron las obras de reconstrucción del templo. En efecto, parecía que al pueblo se le había olvidado el para qué Dios los había llamado desde Babilonia a Jerusalén.

También nosotros sufrimos con frecuencia de “Amnesia espiritual”. Se nos olvida que Dios se ha revelado a nosotros no sólo para salvación personal sino también para que seamos luz del mundo.

Frente al letargo de su pueblo, otra vez el anuncio profético del Señor. Y luego para que la promesa de renovación se cumpla viene:

2. El respaldo de Dios

La respuesta de los líderes y del pueblo a la profecía fue inmediata. Nos dice Hageo que “temió el pueblo delante de Jehová” y el Señor les responde a su vez con otro cumplido:

“Cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad, porque yo estoy con vosotros”. Hageo 2:4

Qué hermosas palabras de aliento! ¿No es este un Dios apasionado por su pueblo? Para el cumplimiento de la promesa de Renovación fue necesario entonces: 1. La profecía, 2. El respaldo de Dios y finalmente

3. La reedificación del templo

Esd. 6:14 Así, los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías...Edificaron, pues, y terminaron la obra, por orden del Dios de Israel, y por mandato de los reyes de Persia”.

A Dios no le gusta dejar las cosas iniciadas... La renovación de la fe es una PROMESA. Es un compromiso de Dios con su pueblo: “Aquel quien la buena obra empezó, será fiel en completarla”.

CUANDO ÉL PROMETE, CUMPLE...

APLICACIÓN

1. A nivel personal

Retornar a Jerusalén para reedificar el Templo significa volver al encuentro personal con Jesús, con su Palabra. Volver a sentir que nuestra vida sólo haya sentido a su lado, amándolo.

Ni el retorno a Jerusalén, esto es, regresar a casa, ni la reedificación del Templo estarán libres de desafíos.

Tomar la decisión de volver a su presencia nos debe llevar a todas las renuncias necesarias a través del ARREPENTIMIENTO.

Retornar y reedificar es colocar de nuevo a Jesucristo en el centro, arrancar el pecado y sembrar en nuestro corazón la Palabra y hacer de ésta la columna central de nuestra vida.
OJO! No puede haber renovación sin arrepentimiento. El arrepentimiento es el punto de partida de todo proceso genuino de renovación.

Jesucristo no se contenta con traernos de vuelta a casa. Él quiere más; su propósito no es sólo el retorno, sino también la reedificación.

2. A nivel congregacional

Hermanos, creo que el Espíritu de Dios está trayendo sobre nosotros aires de renovación desde hace un buen tiempo. Esto es visible en el respaldo que ha dado Dios a la iglesia respondiendo a las necesidades espirituales de los diferentes grupos que la conforman: Ha constituido el Ministerio Infantil, ha reorganizado el Ministerio de jóvenes, ha formado en la exposición de la Palabra a algunos miembros para traer consejo profético, está sensibilizando al consistorio de manera especial y cada líder de Ministerio sabe cómo está actuando el Señor allí, y si no lo sabe clame al Señor para que pueda distinguirlo. Y creo que todo esto el Señor lo ha traido en respuesta al clamor del Ministerio de Oración.

Hoy nos llama a RETORNAR, A REEDIFICAR, A PERSEVERAR en sus caminos y los más importante es recordar que Él está con nosotros.

Nosotros decidimos, o

EL CAUTIVERIO EN BABILONIA
O EL RETORNO A JERUSALÉN!!!


REFLEXIÓN 2. Una ilustración tomada del Matrimonio

Toda relación matrimonial, al menos la mayoría, empieza por el amor, por el deseo íntimo de compartir con el otro cada día de manera profunda, y ese amor despierta el anuncio de la promesa: “Hasta que la muerte nos separe”.

Después viene la “luna de miel”, ese período donde saboreamos el dulce sabor de la vida en pareja: celebramos, renunciamos por un tiempo a nuestro egoísmo, cedemos a favor del bienestar del otro porque su bienestar es también el nuestro.

Pero después llegan las pruebas y con ellas el desánimo. Nos dejamos intimidar y vencer por los obstáculos y la relación corre el riesgo de caer en la desesperanza. La promesa se desgasta, ya no es luna de miel, sino “luna de hiel”, fría y amarga. Hay matrimonios que si bien no han legalizado su separación, aunque continúan juntos ya parecen divorciados. Se han convertido en un sistema de vida que dista años luz del propósito original de Dios al concebirlo.

Pero el Señor tiene poder para restaurarlos siempre que encuentre una respuesta diligente por parte de la pareja. El matrimonio es un proyecto conjunto entre tres: El hombre, la mujer y Dios. Se requiere de las dos partes, la humana y la divina, para superar los obstáculos y alcanzar las metas. El Señor no hubiera podido cumplir la promesa de renovar a su pueblo si éste y sus líderes no hubieran respondido.

Si bien al hombre se le ha otorgado el privilegio de ser el líder espiritual de su hogar, es preciso que encuentre en su esposa el respaldo que necesita para llevar a cabo su tarea. Si casi siempre el Él quien tiene que tomar la iniciativa y si cuando lo hace en muchas ocasiones no encuentra respaldo por parte de su cónyuge, es de esperar que se canse y ya no se sienta motivado para continuar. Esto se aplica también en aso contrario, es decir, si ha sido la mujer quien ha ejercido el liderazgo espiritual en la relación.

El Señor anhela renovar tu vida espiritual y tu relación matrimonial. Tiene poder para avivarla.

Levantémonos, en comunión, juntos, los dos, todo su pueblo: edifiquemos, obedezcamos, demos al Señor sacrificio de alabanza: un corazón arrepentido y humillado. Cantemos, adoremos, demos gracias al Señor; que el clamor de los gritos de alegría se extienda siquiera hasta nuestros hijos y nuestra familia, y si alcanza a nuestros vecinos que sea que para que se aparten de sus pecados y busquen a Jehová, Dios de Israel!

No se donde te encuentras hoy, si en Babilonia o en Jerusalén. Pero hoy nos llama el Señor a todos a retornar a Su presencia para que le edifiquemos un Templo donde Él venga a morar con gozo.

El desafío que nos plantea hoy el Señor es: “El Retorno a Jerusalén o el cautiverio en Babilonia”.
BOSQUEJO: DE REGRESO A CASA
Esdras 1 – 6


Tema: La renovación de la fe
Aforismo: La renovación de nuestra fe es una promesa que Dios cumple si respondemos con diligencia a su Voz. En este proceso nuestra fe será probada pero seremos renovados si perseveramos con ánimo en los caminos del Señor.

Introducción
- Marco histórico

I. LA PROMESA DEL RETORNO Y LA RENOVACIÓN DE LA FE

Cuando Dios se propone renovar nuestra fe lo hace siguiendo unos pasos:
1. Anuncio profético. Esd.1: 1-3
2. Dios hace aliados Esd. 1: 1, 5, 6

Cuando Dios se propone renovar nuestra fe también espera que sigamos unos pasos: Esd. 3: 1 - 6
1. El retorno: ¡Manos a la obra! Esd. 1: 5
2. Congregarse.
3. Edificarse
4. Adorar integralmente
5. Perseverar en la obra

II. LOS OBSTÁCULOS EN EL PROCESO DE RENOVACIÓN DE LA FE

1. La mente organizativa del mal. Esd. 4: 1-6, 12, 13, 15, 23
2. El sabotaje
- Propuestas engañosas
- La intimidación
- El soborno
- La difamación
- La fuerza y la violencia

III. CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA DE RENOVACIÓN DE LA FE
1. La Profecía. Esd. 5: 1-2
2. El respaldo de Dios. Hag. 2:4
3. La reedificación. Esd. 6: 14


Reflexión 1. Implicaciones del retorno a Jerusalén
Reflexión 2. Una ilustración tomada del matrimonio

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